martes, 28 de febrero de 2012

Fijémonos los unos en los otros...

Un amigo del grupo de liturgia familiar acaba de enviarme enlace al mensaje de Cuaresma de Benedicto XVI. Y nada más comenzar a leerlo, me ha llenado de sugerencias. Tanto es así que he detenido la lectura, que continuaré más adelante, y me he permitido desviarme por otro camino...

"Fijémonos los unos en los otros para estímulo de la caridad y las buenas obras" (Heb 10,24). El papa apunta en la dirección de la mirada solidaria. Pero el texto parece apuntar más bien en la dirección de la mirada fraterna, la mirada entre iguales, la mirada al creyente que camina junto a mí...

Esta experiencia está siendo para mí muy importante. Tengo la suerte de compartir camino en una pequeña comunidad con varias familias que son todo un ejemplo y un estímulo, y que me ayudan, precisamente, a crecer en el amor y en el compromiso (lectura moderna de los términos caridad y buenas obras): la familia ecosocial, que vive cada uno de sus actos como una ocasión de responsabilidad ante los demás; la familia humilde, todo un ejemplo de vivir sin perder la alegría aún cuando la economía familiar no esté para tirar cohetes; la que tiene más empuje que el Alcoyano, que se crece ante cada dificultad con que se encuentra; la familia-bien-gracias, que, viviendo cómodamente, se pregunta cómo comprometerse de verdad en esta sociedad en crisis...

Absolutamente convencido: mirar a los otros, a estos otros en concreto, y a otros muchos con los que me encuentro en la parroquia y en la vida, estimulan mi vivencia de compromiso, que, sin ellos, sería mucho más pobre.
¡No sabéis lo que agradezco vuestra compañía!