miércoles, 28 de diciembre de 2011

¡Qué bellos los pies del mensajero que anuncia la paz!

Así de intenso era el comienzo de la lectura de Isaías del día de Navidad, un día que queda presentado como el día de la paz, el día esperado, el día de la Buena Noticia...

Ciertamente, en un tiempo en el que las buenas noticias parece que escasean, los mensajeros de paz son algo valioso, que debemos cuidar. Más aún cuando, en lugar de mensajeros, son ellos mismos buena noticia para nuestras vidas: familiares, amigos, compañeros...

¡Qué bellos los pies de quienes traen paz, alegría y esperanza a nuestra vida! Ellos sí que son realmente buena noticia para nosotros. Ojalá seamos capaces de percibir que ellos son nuestro auténtico regalo.

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